¿Qué no podamos detectar vida extraterrestre significa que no existe?

El interés en las búsquedas de civilizaciones extraterrestres (ETC) se ha incrementado en las últimas décadas por el descubrimiento de miles de exoplanetas señala un estudio publicado en Astronomy & Astrophysics, en él se establece una nueva clasificación cualitativa que propone que la energía no es la una única medida para definir la posibilidad de vida allá afuera.

Adaptación de Joyce Pullen (UNAB) que explica la “bi-dimensionalidad” de la clasificación. En el eje X estaría graficada la nueva propuesta basada en en nivel de interacción con la materia y en el eje Y el nivel según la clasificación de Kardashev/ov
La escala de Kardashov es un método para medir el grado de evolución tecnológica de una civilización, propuesto en 1964 por el astrofísico ruso Nikolái Kardashov, se compone de tres categorías: tipo I, II y III, basadas en la cantidad de energía que una civilización es capaz de utilizar de su entorno. En términos generales, una civilización de Tipo I ha logrado el dominio de los recursos de su planeta de origen, Tipo II de su sistema planetario, y Tipo III de su galaxia.

«Combinado con la escala clásica de Kardashov, nuestro esquema forma un método bidimensional para interpretar las propiedades. Nos basamos en analogías con nuestro propio desarrollo biológico, histórico, tecnológico y científico. El nuevo marco propone que la energía disponible no es una medida única del progreso de posibles vidas extraterrestres. Puede que ni siquiera se correlacione con qué tan bien se usa, lo que sí implica es una menor detectabilidad, por lo que, en principio, no se puede descartar la existencia de un ETC Kardashov Tipo III en la Vía Láctea» señaló Juan Carlos Beamin, astrónomo y coordinador científico del Centro de Comunicación de las Ciencias de la Universidad Autónoma de Chile, uno de los autores del estudio.

«Este razonamiento debilita la paradoja de Fermi, permitiendo la existencia de ETC avanzados, pero de baja detectabilidad» complementa el astrónomo. La paradoja de Fermi es la aparente contradicción que hay entre las estimaciones que afirman que hay una alta probabilidad de que existan otras civilizaciones inteligentes en el universo observable, y la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones. Trata de responder a la pregunta: «¿Somos los seres humanos la única civilización avanzada en el universo? Si existen, ¿dónde están? ¿Por qué no hemos encontrado trazas de vida extraterrestre inteligente, por ejemplo, sondas, naves espaciales o transmisiones?».

Las conclusiones del estudio proponen que la oportunidad más probable para encontrar ETC avanzados es buscar muestras de civilizaciones jóvenes como la nuestra o de un nivel tecnológico similar al nuestro, porque la integración progresiva de las civilizaciones con su entorno haría imposible separar los signos tecnológicos de los procesos naturales de los planetas.

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