Lactancia materna y desarrollo del sistema nervioso

Publicado : 26 abril de 2021

La leche materna influye en la disponibilidad de algunos factores necesarios para el desarrollo del sistema nervioso, sin embargo, un nuevo estudio sugiere que, para algunos, la influencia de la lactancia materna sobre sus niveles se diluye a lo largo de la vida.

Se ha demostrado anteriormente que la lactancia materna tiene todo tipo de beneficios para la salud en los primeros seis meses de vida. Protege contra infecciones, promueve el desarrollo neurofisiológico y motor, y se ha relacionado con un riesgo reducido de obesidad y leucemia infantiles, así como de enfermedades cardiovasculares en la edad adulta. Por esto, la lactancia materna en los primeros seis meses de vida, es una recomendación de la Organización Mundial de la Salud, basada en la evidencia, para todos los países.

En particular, numerosos estudios hasta la fecha han abordado su influencia en la función cognitiva y la inteligencia durante la infancia. Algunos han mostrado una asociación positiva entre la duración de la lactancia materna y la inteligencia en la vida adulta joven, por ejemplo, aquellos adultos jóvenes que fueron amamantados durante más de seis meses obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en las pruebas de inteligencia, que aquellos que lactaron un periodo inferior a seis meses.

Más específicamente, la comunidad científica ha descubierto que la leche materna aumenta los niveles de ciertos factores que son importantes para el crecimiento y desarrollo del cerebro, lo que concita gran interés frente a la posibilidad de proporcionar un marcador temprano de una mejor cognición. Uno de ellos es el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus iniciales en inglés), una pequeña proteína dimérica que se expresa principalmente en el hipocampo.

El BDNF es vital para el crecimiento, desarrollo, mantenimiento y la supervivencia sistema nervioso. Promueve las conexiones y la plasticidad sináptica, procesos esenciales en diferentes aspectos del aprendizaje y el procesamiento de la memoria, en particular, en la persistencia y el almacenamiento de la memoria, por esto se ha propuesto como uno de los factores responsables del aumento de la cognición detectado en los lactantes amamantados.

Algunos estudios han mostrado niveles de BDNF significativamente más altos en los bebés amamantados en comparación con los alimentados artificialmente, los que además se correlacionaron positivamente con las puntuaciones de en la escala Bayley, un instrumento de evaluación del desarrollo mental y psicomotor en la edad temprana. No obstante, hasta ahora se desconoce si este aumento en los niveles BDNF se mantiene hasta la edad escolar.

Recientemente, un nuevo estudio abordó esta pregunta en 202 escolares españoles de 8 a 11 años (de los cuales el 49,5% (n = 100) eran varones). Para la investigación se recolectaron datos sobre lactancia materna a través de un cuestionario donde las madres especificaron el tipo de alimentación que recibieron sus hijos cada mes durante los primeros 24 meses de vida y el tiempo durante el cual su hijo o hija había recibido lactancia materna, fórmula o alimentación complementaria (nutrición líquida o sólida distinta de la leche materna).

La información recolectada se clasificó en tres grupos: (1) no lactancia materna exclusiva, incluidos los niños que fueron alimentados exclusivamente con fórmula; (2) lactancia materna exclusiva durante ≤6 meses; y (3) lactancia materna exclusiva durante> 6 meses (sólo se incluyeron aquellos niños que fueron alimentados tanto con lactancia materna exclusiva como con alimentación complementaria).

También se evaluaron variables antropométricas en los niños, tales como el peso, la talla, el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura y el porcentaje de grasa corporal. Además, se recolectaron datos relacionadas con la lactancia materna como, peso al nacer (informado por los padres), nivel socioeconómico familiar, nivel educativo, la situación laboral de los padres (utilizando la escala de la Sociedad Española de Epidemiología) y la maduración sexual de los niños (informada por los padres utilizando la escala de Tanner).

Finalmente, se midieron los niveles séricos de BDNF mediante método ELISA que permite la cuantificación de productos específicos mediante el uso de anticuerpos. Para el análisis se tomó a los escolares una muestra de sangre en ayunas de 12 horas, en las que se determinaron los niveles séricos de BDNF a través de la técnica mencionada anteriormente.

Los resultados mostraron que el porcentaje de grasa corporal fue mayor en las niñas que en los niños, mientras lo contrario se observó para el peso al nacer. El 21,3% de los niños(as) de la muestra nunca fueron amamantados, mientras que 78,7% si recibió leche materna; de estos últimos el 87,42% fueron amamantados exclusivamente durante seis meses o menos. No se encontró una asociación estadísticamente significativa entre sexo y categorías de lactancia materna exclusiva.

Respecto al BDNF, no se observaron diferencias significativas en sus niveles, respecto a la edad, las características antropométricas, peso al nacer, edad gestacional de las madres, el nivel socioeconómico familiar, ni la maduración sexual de los niños(as). Además, no se observó diferencias significativas en los niveles de BDNF entre los niños que recibieron lactancia materna exclusiva durante más de seis meses frente a los que no.

Aunque los autores advierten que la investigación tiene limitaciones y que, en consecuencia, los resultados deben ser interpretados con precaución, este es el primer estudio que evalúa la relación entre la lactancia materna exclusiva y los niveles séricos de BDNF en escolares españoles y sugiere que el efecto de la lactancia materna sobre los niveles de este factor no persistirían hasta la edad prepuberal y en ningún caso descartan su importante rol en los primeros meses de vida. Que la influencia de la lactancia materna sobre los niveles de BDNF se diluya a lo largo de la vida, podría deberse a la influencia de factores ambientales, de crecimiento y el desarrollo hormonal que necesitan ser investigados en el futuro.

Referencia:

  • Berlanga-Macías C, Sánchez-López M, Solera-Martínez M, Díez-Fernández A, Ballesteros-Yáñez I, Castillo-Sarmiento CA, Martínez-Ortega IA, Martínez-Vizcaíno V. Relationship between exclusive breastfeeding and brain-derived neurotrophic factor in children. PLoS One. 2021 Mar 4;16(3):e0248023. doi: 10.1371/journal.pone.0248023
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