Este golpe de popularidad nos tiene en medio de un debate mundial sobre sus beneficios, oportunidades y amenazas. Y si en un principio algunas instituciones educativas prohibieron su uso, hoy el consenso entre expertos y académicos es que la IA llegó para quedarse, y los esfuerzos deben concentrarse en utilizar estas herramientas como aliadas en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

 

Precisamente esa fue la principal conclusión del «Seminario Internacional: Inteligencia Artificial y Educación Superior», que realizamos el pasado jueves 28 de septiembre en la Universidad Autónoma, donde especialistas de Inglaterra, México, Chile y Unesco se dieron cita para exponer e intercambiar experiencias. Estamos viviendo una revolución que requiere un rápido rediseño de la forma en que enseñamos y aprendemos en las salas de clases, lo que representa un tremendo desafío para las instituciones educativas, docentes y estudiantes.

 

Frente a este escenario, el primer reto es mejorar los niveles de alfabetización de inteligencia artificial, es decir, aumentar la capacidad de la sociedad para comprender esta tecnología y sus alcances. Paradójicamente, es en este aspecto donde Chile y nuestro continente tienen mucho por mejorar. Así lo explica el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial que fue presentado por Cenia en el mes de agosto, donde se recalca la necesidad de promover un mejor entendimiento de las implicancias de esta tecnología, clave para la legitimidad de la disciplina.

 

Efectivamente, sin entendimiento, sin trabajo en alfabetización, crecen los temores, los miedos (así lo dice nuestra Encuesta de Percepción Social de la IA 2023), la desconfianza y las brechas con los países desarrollados. Todas las oportunidades que abre la IA en nuestra sociedad se estancan, corriendo el riesgo de quedar muy retrasados en la revolución económica en curso.

 

Hoy el país requiere que el sistema en su conjunto desarrolle una estrategia en la cual cada institución ponga a disposición sus recursos y capacidades, para avanzar de manera armónica en el desarrollo tecnológico y la alfabetización en IA. Al mismo tiempo, es esencial que se continúe debatiendo sobre los asuntos éticos, sin descuidar la urgencia de impartir una enseñanza en IA desde los niveles más básicos, para comprender hacia dónde vamos.

 

La incertidumbre se enfrenta con conocimiento y si queremos que todo Chile se apropie de la IA y aproveche sus potencialidades, debemos actuar en conjunto, pero sobre todo, debemos actuar rápido. Desde la Universidad Autónoma nos ponemos a disposición de este gran desafío.