Necesidad de la historia para las ciencias sociales
Publicado: 05 julio 2021
La importancia de la historia, presente en la mayoría de los clásicos de la sociología, se ha ido perdiendo. Mucha discusión teórica contemporánea no se basa en procesos históricos. Es cierto que hay conceptos para analizar la vida social que son universales: para describir cualquier realidad hablaremos de actor, recursos, grupos, entre otros, pero la evidencia histórica puede ser útil, puesto que al ser generales deben aplicarse en contexto.
Ahora, la idea que la historia es relevante no desaparece, y ello en particular en el contexto latinoamericano. Pensemos en la tarea de diagnosticar la sociedad presente. Ésta se basa, al menos de forma implícita, en un relato histórico. Hablar de sociedad post moderna (o conceptos similares) implica una mirada sobre la modernidad; y esto a su vez implica una observación sobre lo no-moderno. Muchas veces estos diagnósticos se basan en una repetición de un saber que no se discute. Hablamos de ‘sociedad de mercado’ sin conocer las discusiones sobre la presencia (y modalidades) de los mercados en la historia. En las discusiones sobre identidad y modernidad de América Latina varios textos simplemente asumen que el transcurso histórico ha ocurrido de determinada manera. Nada de ello es suficiente para el análisis.
Muchos de nuestros conceptos son plenamente históricos, son creaciones: Estado, familia nuclear o educación superior. Todos ellos formas que aparecen en un determinado proceso histórico. Pensarlas como meras alternativas abstractas (‘hay sociedades con y sin Estado’) esconde este proceso de creación. La vida social es histórica porque es abierta y crea sus propias posibilidades. Solo conociendo la historia se puede construir una buena ciencia social.