Vida en ambientes extremos

Publicado: 26 junio 2023

Investigadora de la Universidad Autónoma de Chile trabaja con aquellos microorganismos que son capaces de sobrevivir en condiciones donde nadie más podría: aguas termales, fumarolas o corrientes antárticas.

Chile es un país sísmico, volcánico y desértico a la vez, una gran reserva de biodiversidad. En síntesis, un país de extremos, ambientes que le permiten a la Dra. Aparna Banerjee, investigadora del Instituto de Ciencias Aplicadas de las Universidad Autónoma de Chile estudiar polisacáridos antioxidantes y emulsionantes producidos por bacterias termófilas, aquellos microorganismo capaces de subsistir ahí donde nadie más puede.  

¿Por qué estudiarlos? Esas características tan particulares los hacen candidatos ideales para producir compuestos bioactivos, aplicables a la industria alimentaria. Por ejemplo, la microbióloga estudia bacterias nativas que permitan limitar o eliminar el uso de aditivos químicos, ya que los que se utilizan en la actualidad tienen impactos negativos en la salud de las personas.  

«Son microorganismos muy especiales, utilizados para la producción industrial de moléculas bioactivas dada su facilidad de utilización en procesos fermentativos y termoestabilidad en procesos que utilizan altas temperaturas» explica la Dra. Aparna Banerjee, quien lleva ya 5 años viviendo en Chile.  

Es así como busca nuevas alternativas a los aditivos alimentarios a partir de microorganismos de ecosistemas inexplorados como la Antártica, o no tan explorados, pero cercanos a las ciudades del país como las aguas termales de la región del Maule: un ambiente con concentraciones altas de sales, temperaturas elevadas, pH extremo, escasez de nutrientes, menos concentración de oxígeno, entre otras características.  

La microbióloga especialista en extremófilos ha trabajado a su vez en las termas ubicadas en Baños Campanarios en San Clemente, Región del Maule. Lugar donde no había sido reportada anteriormente la presencia de este tipo de microorganismos.  

Ya se tiene algunos resultados auspiciosos en laboratorio, por lo que ya se está trabajando en escalar la producción, tratando de bajar el costo de producción. En este sentido está estudiando si puede elaborarlos con desechos agrícolas. «Sabemos que nuestra materia prima posee un gran potencial, pero debemos seguir trabajando» complementa la investigadora.

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