Especies exóticas invasoras

Publicado: 28 septiembre 2023

Este 04 de septiembre, fue presentado el informe de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES), aprobado por representantes de 143 países, señala que el ser humano es responsable de la introducción de más de 37.000 especies exóticas en biomas de todo el mundo, de éstas 218 han causado la extinción de 1.215 especies autóctonas, mientras que el 85% de los efectos registrados sobre las formas de vida nativas son negativos.

Dr. Carlos Esse. Director del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible (IIDS) de la Universidad Autónoma de Chile

Lo anterior, claramente es una amenaza directa para el correcto funcionamiento de los ecosistemas naturales, y en especial para a calidad de vida. Se calcula que el impacto económico de dichas especies superó en 2019 los 423.000 millones de dólares, cifra que puede cuadruplicarse en la próxima década, una alerta importante sobre el riesgo que supone para la biodiversidad mundial. En el caso de Chile, las barreras físicas y climáticas del territorio han permitido el desarrollo de aproximadamente 31.000 especies, 25% de ellas endémicas, siendo la zona centro o mediterránea uno de los 35 puntos calientes o hotspots mundiales de biodiversidad.  

El aislamiento geográfico, que permite este magnífico escenario, hace que a la vez sea especialmente frágil y susceptible de ser afectada por especies exóticas invasoras. Chile cuenta con, al menos, 25 de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas a nivel mundial, a la que recientemente se anexó el caracol gigante. El documento presentado por el IPBES es el estudio más exhaustivo realizado sobre el tema hasta la fecha entregando datos valiosísimos para medir el sufrimiento actual de la naturaleza, la que está enfrentada un declive sin precedentes en la historia humana. El proceso de la extinción de especies -que amenaza ya a un millón de animales y plantas- se está acelerando, no solo por efecto del cambio climático, sino por la irresponsabilidad a todo nivel del propio ser humano. No podemos seguir evadiendo la evidencia científica.

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