El encuentro realizado a comienzo de noviembre, en el Reino Unido bajo el nombre de IA SAFETY SUMMIT convocó a todos los lideres y gobiernos para establecer acuerdo como regular la IA, debido a la preocupación por la seguridad de intereses nacionales y globales. La declaración de Bletchley, firmada en este evento, comienza reconociendo las bondades y los múltiples beneficios de la IA en diferentes campos tanto para el sector público como en el privado. Pero pone especial acento en los riegos y particularmente con la IA de frontera, tratando de establecer una declaración conjunta y una convocatoria, a la vez, para la cooperación internacional en esta materia en el más amplio de los sentidos y un llamamiento a todos los actores involucrados.  También declara que hay que comprender la IA, pero ¿cómo se puede comprender una tecnología en constante evolución que ni siquiera los científicos tienen certeza de sus alcances actuales y futuros?  

Hasta ahora solo hemos sido capaces de comprender y regular aquello que medianamente conocemos, además de construir políticas adecuadas que garanticen la seguridad. Por eso esta declaración hace hincapié en la necesidad de marcos regulatorios y la transparencia de los actores privados, actores que corresponden a las grandes corporaciones mundiales y supranacionales, pues las tecnologías basadas en IA son de alcance global. No creo que sea posible obligar a su buen uso o normar todos los aspectos. Tal vez se podrá regular algunos elementos cautelando temas éticos y económicos, con suerte geopolíticos. Por eso la Declaración de Bletchley no puede ser una declaración categórica, porque estamos navegando al mismo tiempo que aprendemos a navegar.