ZOONOSIS

Una enfermedad que se transmite naturalmente de los animales a las personas se clasifica como zoonosis. Hoy, el mundo está atravesando una pandemia zoonótica, que tendrá costos humanos y económicos posiblemente catastróficos. Debido a que compartimos con los animales un solo mundo, la transmisión de patógenos potencialmente peligrosos hacia los humanos seguirá ocurriendo, por lo tanto, el reto global es intentar mejorar los pronósticos de riesgo y la vigilancia para predecir a tiempo la próxima pandemia.

Se estima que las zoonosis son responsables de 2,5 mil millones de casos de enfermedades humanas y de 2,7 millones de muertes en todo el mundo cada año1. La enfermedad por coronavirus de 2019 (COVID-19), que ya ha superado los 1,7 millones de personas contagiadas y  ha causado la pérdida de más de 110 mil vidas humanas2, es causada por un miembro de la familia de coronavirus denominado SARS-CoV-2.

«Todos los experimentos y análisis científicos coinciden en que este nuevo coronavirus saltó desde un murciélago específico ―se ha visto un coronavirus en estos ejemplares, que conserva más del 80 % de la homología de la secuencia genómica con el virus en humanos que tenemos ahora― eso es indiscutible, el virus procede de este animal, lo que no está muy claro es si tuvo que pasar, antes de pasar por el humano, por algún otro animal como reservorio. Se hablaba del pangolín, mamífero que es muy conocido en China, pero los datos no apuntan en esa dirección. Parece ser que pudo haber otro animal intermedio, pero que todavía no se ha descubierto. También cabe la posibilidad de que el virus pasara directamente del murciélago al humano y que acabara adaptándose en humanos. Esta idea no está descartada, pero tampoco parece muy probable» comenta el virólogo y divulgador José Antonio López Guerrero, profesor titular de Microbiología en el Departamento de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

De los animales a los humanos

Los organismos patógenos, como las bacterias o los virus que compartimos con los animales, causan más del 60 % de las enfermedades infecciosas humanas y hasta el 75 % de aquellas clasificadas como nuevas o emergentes, siendo responsables de algunos de los brotes más devastadores en los últimos años, incluyendo el ébola y el síndrome respiratorio agudo severo, más conocido comoSARS, por sus iniciales en inglés (severe acute respiratory syndrome), que también es causado por un coronavirus, el SARS-CoV-13. Hasta la fecha se han constatado siete coronavirus capaces de infectar a humanos «el nuevo SARS-CoV-2, el coronavirus actual, tiene una homología cercana al 70 % con el SARS-CoV de hace veinte años, y de un 50 % con el MERS-CoV que hay en Oriente Medio. Los tres virus pertenecen a la misma familia, al mismo grupo, pero hay diferencias de virulencia. Este virus ―SARS-CoV-2― aunque tiene una capacidad de diseminación inédita e inaudita con respecto a los otros dos, al parecer es mucho menos virulento, de hecho, suele ocurrir que cuánta más capacidad de dispersión tiene un virus, tiende a tener menos virulencia, por la sencilla razón de que las personas que tienen poca sintomatología o las personas que son asintomáticas y que están infectadas, son las que más pueden transmitir el virus, entonces, se acaba seleccionando una cepa del virus con baja mortalidad, o sea que tanto el SARS-CoV como el MERS-CoV tienen alta mortalidad. El SARS-CoV-1, el de hace veinte años, desapareció, y el MERS-CoV sigue existiendo con una tasa de mortalidad cercana al 30%,35%, pero está en equilibrio dentro de camellos, tiene muy baja tasa de transmisión entre humanos y solo un contacto íntimo de las personas con estos animales ―por íntimo quiero decir que se les bese, que se esté muy cerca de ellos o incluso oí decir que algunas personas, algunos beduinos que trabajan con estos mamíferos, llegan a beberse hasta su orina porque al aparecer puede ser nutritiva―  sería una vía de contagio» aclara el Dr. López-Guerrero.

Las causas

La transmisión continua de enfermedades de los animales a las personas presenta una carga de salud global significativa. Las causas son múltiples e involucran las características específicas de los patógenos y hospederos, por ejemplo, los virus de ARN tienen muchas más probabilidades de ser zoonóticos que los virus de ADN, mientras que los patógenos transmitidos por vectores tienen un rango de huéspedes significativamente más amplio que aquellos que no se transiten de esta forma4. La propagación de estas enfermedades está ligada a los cambios ambientales, socioeconómicos y antropogénicos. La pérdida de la biodiversidad, la destrucción de los bosques para el cultivo agrícola, la domesticación de animales y su producción para consumo humano, la expansión urbana y la construcción de carreteras, son todos factores que han creado una suerte de tormenta perfecta para las condiciones ecológicas que empujan el movimiento de animales salvajes, que son reservorios de algunos virus o bacterias, hacia los asentamientos humanos5. Además, a esto se suma, en forma paralela, el incremento del comercio de vida silvestre y el mercado de abastos de Wuhan, considerado como el lugar donde brotó el nuevo coronavirus, es un ejemplo de esto6.

Los desafíos

Actualmente, la estrategia global de vigilancia, prevención y control de zoonosis sigue el enfoque de la Organización Mundial de la Salud denominado «Una Salud», que promueve el diseño e implementación de programas, políticas, legislación e investigación en forma interdisciplinaria e intersectorial para lograr mejores resultados de salud pública7.  Por ejemplo, la actividad humana es un factor clave en un brote zoonótico, por lo que la integración de la investigación en ciencias sociales, particularmente la centrada en el comportamiento humano y la demografía, es fundamental para el desarrollo de modelos de emergencia y evolución de enfermedades infecciosas que ayuden a comprender las pandemias. En nuestro país, este enfoque aún no ha sido integrado completamente, debido a que la salud de humanos y animales es manejada por diferentes ministerios, por lo que la integración de los esfuerzos y la coordinación de los recursos presupuestarios sigue siendo un desafío para nuestro sistema sanitario. Además de las capacidades individuales de los países para identificar tempranamente nuevas zoonosis y mitigar rápidamente cualquier nueva amenaza para la salud, que surja dentro de sus fronteras, la voluntad política de los países para actuar juntos y fortalecer las redes mundiales de cooperación continúa siendo uno de los mayores retos para detectar a tiempo y prevenir futuras pandemias.

1.- https://www.nc.cdc.gov/eid/article/23/13/17-0418_article

2.- https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019

3.- https://www.nature.com/articles/srep14830

4.- https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(12)61887-X/fulltext

5.-https://www.infobae.com/america/mundo/2020/01/28/animales-exoticos-sacrificados-en-el-momento-las-fotos-del-mercado-chino-donde-nacio-el-brote-de-coronavirus/

6.- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3712877/

7.- https://www.who.int/features/qa/one-health/en/

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