Disminución de respuesta inmune de fumadores, ¿existe relación entre tabaco e infección por COVID-19?

Diversos estudios in vivo e in vitro han demostrado que fumar produce varios cambios morfológicos, fisiológicos, bioquímicos y enzimáticos en los macrófagos alveolares, principales células defensivas de los pulmones. Estos cambios afectarían a su actividad antibacteriana y a su capacidad de regular la acción de otras células del sistema inmune, alterando, por tanto, la respuesta inflamatoria en los pulmones.

Está descrito en la literatura científica que el consumo de cigarrillos produce leucocitosis en la sangre; sin embargo, la función de estas células defensivas se reduce considerablemente en personas fumadoras. Además, varios investigadores han demostrado que, a largo plazo, fumar reduce significativamente los niveles séricos de inmunoglobulinas. Los efectos inmunosupresores de la nicotina en concreto también se han demostrado en diversos estudios.

Por el momento, la comunidad científica ha mostrado resultados contradictorios que impiden elucidar el nivel de riesgo del tabaquismo en la gravedad de la infección por COVID-19. «En cualquier caso, no hay duda de que respirar el humo tóxico del tabaco inflama y daña el revestimiento de los pulmones con el tiempo, debilitando así la capacidad del cuerpo para defenderse de las infecciones respiratorias» señala el investigador de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, Dr. Jordi Olloquequi.

«Fumar es perjudicial para el sistema inmunitario y su capacidad de respuesta, lo que hace que los fumadores sean más vulnerables a las enfermedades infecciosas, sean dos veces más propensos que los no fumadores a contraer la gripe y tengan síntomas más graves de ésta», agrega el investigador.

Disminución de interferón-β

Los interferones son moléculas clave en la defensa antivírica gracias a diversas acciones. En primer lugar, son capaces de inhibir la multiplicación de los virus dentro de las células infectadas, ya que activan moléculas que destruyen o modifican el material genético de los virus, dejándolo inutilizado. Por otro lado, los interferones son capaces de activar a otras células defensivas del sistema inmune, entre ellas a los linfocitos T CD8+, cuya función principal es la de inducir la muerte de células infectadas para que el virus no siga propagándose por el organismo.

En este sentido, un estudio publicado recientemente por el grupo de investigación que lidera el Dr. Olloquequi demuestra que los pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) presentan una disminución de interferón-β, molécula del sistema inmune implicada en la defensa contra el coronavirus. Según estadísticas nacionales, la prevalencia de EPOC en Chile está alrededor del 17 % de las personas de 40 años o más.

El investigador advierte que existen artículos que señalan que episodios de alta contaminación ambiental, como la propagación de partículas de material respirable por estufas a leña, se correlaciona con agudizaciones de enfermedades pulmonares, como la EPOC o el asma. «Al afectar el estado del sistema respiratorio, es lógico pensar que estos pacientes podrían ser más proclives a sufrir con mayor severidad los efectos del COVID-19», finaliza.

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