Uso de melatonina durante el almacenamiento mejora la calidad de las cerezas

Estudio en el que participa la Dra. Katherine García, del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Chile, propone que el uso de melatonina durante el almacenamiento de post cosecha en dos variedades de cerezas (Santina y Royal Rainer) mejora los parámetros de calidad de sólidos solubles y de tasa de respiración. Además, identificaron los principales cambios en la expresión de genes que podrían explicar esta mejora.

La melatonina o N-acetil-5-metoxitriptamina es una hormona encontrada en seres humanos, animales, plantas, hongos y bacterias, así como en algunas algas. En particular, en las plantas regula el crecimiento y el desarrollo, además de generar un efecto protector contra diferentes tipos de estrés como por ejemplo sequía, frío y calor. Esta molécula mejora la tolerancia a través de una vía directa, eliminando las especies reactivas de oxígeno que a la larga generan el estrés oxidativo. También a través de vías indirectas favorece el aumento de la actividad de las enzimas antioxidantes, la eficiencia fotosintética y el contenido de otros metabolitos protectores como prolina y poliaminas.  

Chile es un productor importante de cerezas a nivel mundial. En las dos últimas temporadas (2018-2019) exportó cerca de 180.000 toneladas, el 92,3% del total tuvo como destino Asia, con China recibiendo el 95% del volumen enviado. «Para poder llegar a mercados distantes, el almacenamiento se realiza a bajas temperaturas, con lo que lamentablemente se obtiene una pérdida en los atributos nutricionales y de calidad del fruto. La industria a futuro podría verse beneficiada utilizando la melatonina para almacenar, sin embargo, es necesario seguir investigando para comprender más este fenómeno» analiza la Dra. Katherine García.  

«Mi participación en el estudio fue aportar con algunas técnicas de biología molecular que se utilizan para el análisis de la expresión génica. Mi línea de investigación es lejana a esta área, ya que me dedico al área de la microbiología, estudiando nuevas toxinas encontradas en Vibrio parahaemolyticus. Sin embargo, a raíz de algunas conversaciones que tuvimos con la Dra. Talía del Pozo (Universidad Mayor) y el Dr. Leonardo Pavez (UDLA), con quienes compartimos varios años de trabajo en el INTA, nos dimos cuenta de que podíamos intercambiar conocimientos e incluso, enriquecer nuestras líneas de investigación si trabajamos desde un punto de vista multidisciplinario» comenta la especialista.  

En esta publicación hay un ejemplo claro de que los procesos biológicos que llevan finalmente a la expresión de genes, en organismos evolutivamente distantes como una bacteria y una planta, no difieren mayormente y se puede responder preguntas interesantes y relevantes utilizando técnicas similares.  

«Me gustaría destacar que para el desarrollo de este estudio fue necesaria la participación de diferentes académicos, provenientes de diversas universidades e institutos científicos. Es el inicio de un trabajo mancomunado abordado desde diferentes miradas y utilizando herramientas de ciencia básica, como la transcriptómica, metabolómica y fisiología vegetal, en donde intentamos responder y ayudar a solucionar un problema particular en la post cosecha de la industria del cerezo» finaliza la bioquímica y doctora en ciencias. Industria en crecimiento que podría verse beneficiada a futuro por el resultado de ésta y otras investigaciones en el área.

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