Redefinir relaciones entre humanidad y naturaleza

Cómo el hombre afecta y modifica su entorno, en un contexto marcado por el cambio climático, es parte de la línea que el Dr. Luis Inostroza, busca desarrollar. El académico de la Universidad de Ruhr de Bochum (Alemania) e investigador asociado de la Universidad Autónoma de Chile, señala que es momento de dejar en evidencia el “valor escondido” de la naturaleza.

El Dr. Luis Inostroza emplea la teledetección para el estudio de los territorios. Fotografía: Jamie McInall.

Antes de volcar sus investigaciones a las ciencias básicas, como nos indica, el Dr. Inostroza trabajó 10 años en planificación territorial. Fue director del Departamento de Planificación de Punta Arenas, y según nos confiesa, fue en esa época cuando desarrolló un vinculo profundo con la naturaleza: “En ese entonces me di cuenta de que las decisiones que se tenían que tomar, no tenía el conocimiento para tomarlas. Han pasado 15 años y me di cuenta de que no era yo el ignorante, sino que nosotros como humanidad no tenemos el conocimiento para tomar esas decisiones”, sostiene.

Pese a que su formación inicial fue en arquitectura y urbanismo en la Universidad de Chile, un magíster en planificación urbano-regional, seguido de un doctorado en ecología del paisaje, y un postdoctorado en teledetección, lo llevó a apoyar sus investigaciones en la teledetección: “Para amar las cosas hay que entenderlas. Y nosotros no entendemos la naturaleza, ya que pensamos que nos pertenece. Y que estamos aquí para administrarla y sacar provecho de ella. No la respetamos intrínsecamente en su valor”, afirma.

Dr. Luis Inostroza, académico de la Universidad de Ruhr de Bochum (Alemania) e investigador asociado de la Universidad Autónoma de Chile. Fotografía: Nadia Politis

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“Lo que yo intento hacer es desarrollar los elementos básicos de una ciencia urbana que te permite entender a las ciudades. Y eso es una cosa absolutamente de punta”

¿De qué forma podemos describir el valor de la teledetección al estudio de los territorios?
Yo analizo temperatura, por ejemplo, y hay gente que va y utiliza el termómetro para hacer sus análisis. En esa línea yo utilizo la señal que recibe el satélite de la temperatura que hay en la superficie de la tierra, en consecuencia, son dos mundos diferentes. Eso es teledetección. Otro ejemplo podría ser ilustrado cuando tú tomas una fotografía. En ella, se capturan ciertos colores, que a su vez se refieren a ciertos grados de temperatura. En este caso, el satélite toma una fotografía de una ciudad, un bosque, y los colores que tiene esa fotografía -por los rangos de la luz- tiene una información sobre la temperatura. Entonces puedo saber a qué temperatura está la superficie de un pastizal o de un pavimento.

Los desafíos de la ciudad en el encuentro «Cátedra del Futuro», realizada en noviembre de 2018. Fotografía: Nadia Politis.

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“Entender que el árbol es un organismo vivo, que tiene derecho por sí mismo de existir, independiente del beneficio que pueda producir o no a la humanidad. Esa es mi motivación ética, y de ahí viene mi pasión por la ciencia. El resto son cosas pragmáticas”

La teledetección capta información a distancia, y utiliza sensores remotos que reciben señales electromagnéticas y las envían a dispositivos que pueden ser satélites, drones, o aeroplanos. Por lo general esta técnica de estudio es conocida por su resultado final, las llamadas imágenes satelitales. Sin embargo, es empleado para cuantificar, medir y analizar procesos biofísicos de la superficie de la tierra.

Es un concepto muy técnico…
La forma de trabajo, el método de la teledetección se basa en física, en termodinámica y en espectrografía. Tienes que entender cómo funciona la luz, como funciona la transmisión de la información, del calor. Por lo que sí, hay una parte de la disciplina que es extremadamente técnica.

¿Cómo se conecta la teledetección con su área de trabajo que es la ecología?
Mi tesis básica es que la ciudad es uno de los sistemas más complejos de este planeta que no los entendemos ni sabemos cómo funcionan. Entonces la gente va a planificar, tomar decisiones y hacer cosas sobre un sistema altamente complejo que no sabemos como va a terminar o cuáles van a ser los caminos que va a tomar. Entonces lo que yo intento hacer es tomar los elementos básicos de una ciencia urbana que te permita entender a las ciudades desde el aspecto científico, para poder predecir la trayectoria futura del sistema. Y eso es absolutamente de punta. Tampoco es un aspecto exclusivamente de Chile, por lo mismo me invitan a realizar clases en España, Polonia, República Checa, y en algunas otras universidades en Alemania. Y es un aspecto que tu ves de forma transversal en disciplinas que están en las ciencias de la construcción, pero que necesitan integrar aspectos más científicos en su formación.

Mira la exposición del Dr. Inostroza en el encuentro «Cátedra del Futuro: Ciudad y ciencia»: Aquí Fotografía: Nadia Politis.

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“Para amar las cosas hay que entenderlas. Y nosotros no entendemos la naturaleza, pensamos que nos pertenece. Y que estamos aquí para administrarla y sacar provecho de ella, pero no respetamos intrínsicamente su valor”

Ecología del paisaje tras el cambio climático

¿Considera el Cambio climático como un “reflejo de la acción del hombre” o como “un proceso inevitable”?
Esa pregunta forma parte de la clase introductoria que hago a mis estudiantes. La evolución es un hecho, no una teoría. No son mis palabras (“Evolution is a fact not a theory”) y la evidencia empírica es abrumadora. No hay en la comunidad científica un acuerdo mayor de la influencia del hombre en el cambio climático. Lo que hay que entender es que la variabilidad climática de este planeta es mucho más amplia que las percepciones de estaciones que uno entiende. Pero dentro de esta amplia variabilidad climática, la amplitud del cambio en la señal ves que la última parte del gráfico, de la cola, no es atribuible a ninguno de los efectos que necesariamente pueden ser conectados con procesos de la tierra. Efectivamente es un proceso que está relacionado con el llamado “metabolismo de la sociedad”, donde consumes cosas, pero también emites otras, fundamentalmente calor. Las ciudades son estructuras disipativas.

La ecología es la ciencia que estudia la interacción entre los organismos vivos y su entorno, la relación entre ellos. Y esta relación está determinada por la materia, energía y la información. Es decir, cómo se mueve la materia, como circula el agua, como se recibe la energía del sol viento y mar, todos los organismos vivos son portadores de información y la transmiten.

Eso tres tipos de flujos son posible de identificar utilizando la teledetección.

¿De qué forma tu línea de investigación se aleja de estudios más tradicionales?
La mayoría de los ecólogos – y ese es un aspecto distintivo de mi línea de investigación – tradicionalmente utilizan medición in situ. Por el contrario, la teledetección nos permite hacer análisis en grandes extensiones, y hacer análisis más complejos en el sentido de espacio y tiempo.
Cuando la superficie de la tierra ha sido alterada por el uso humano. Y donde hay alteración de un espacio natural por el hombre, es posible estudiar con la teledetección.

¿Cómo te imaginas la ciudad del futuro?
Por mi filiación filosófica, tiendo a tener fe en la especie humana. Pero esa es una fe idealista, porque la verdad de las cosas es que cuando miras los números ves un proceso de deterioro ambiental que en algún momento nos va a pasar la cuenta. Y qué es lo que yo veo: ciudades más polarizadas, homogéneas y en el borde de las demandas de recursos… En ese sentido puedo ser un poco más catastrofista.

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