Un puerto se puede considerar como un sistema, en el cual se relacionan empresas privadas, componentes del Estado, asociaciones gremiales y sindicatos, quienes a pesar de no tener los mismos objetivos se deben coordinar para lograr propósitos comunes. Es complejo coordinar acciones entre los diferentes actores, ya que cada uno vela por sus propios intereses y muchas veces, no comparten información relevante para el Administrador Portuario.

«Es necesario que tomemos conciencia de la importancia estratégica que tienen los puertos para Chile y que no nos acordemos de ellos sólo cuando faltan productos en el mercado, o por los paros de los sindicatos»

La falta de datos públicos dificulta la publicación de indicadores que estén actualizados, y que contribuyan con la transparencia que tiene que mostrar el Estado. Da la impresión de que, a diferencia de otros puertos de clase mundial como Barcelona, Hamburgo y Shanghái, a los puertos chilenos les falta interés por incorporar en sus estrategias una mayor preocupación por el medio ambiente y por los habitantes de la ciudad. Esta situación tiene que cambiar si queremos seguir las exigencias de organismos internacionales como la OECD, que piden mejorar la equidad social, tener disponible la información, e invertir en infraestructura de acuerdo con la planeación del uso de la tierra.

Es necesario que tomemos conciencia de la importancia estratégica que tienen los puertos para Chile, y que no nos acordemos de ellos sólo cuando faltan productos en el mercado, o por los paros de los sindicatos. Si bien es cierto que cada vez se incorpora más la robotización y que los empleos podrían estar amenazados, sin embargo, es fácil olvidar que ellos fomentan el comercio internacional y representan un porcentaje significativo del PIB.

Es esperanzador pensar que, si en los últimos años ha habido importantes avances en la integración, innovación e inversión tecnológica, en los próximos 5 a 10 años podríamos tener resueltas estas problemáticas.