Propuestas para mejorar la calidad metodológica de los programas de intervención

Con un eBook bajo el brazo y finalizando su proyecto Fondecyt N° 1150096, el académico de la Universidad Autónoma de Chile y catedrático de la Universidad de Sevilla, España, Dr. Salvador Chacón, señala: “Nosotros respondemos a la endémica debilidad metodológica de los programas de intervención que se implementan en la actualidad”.

Fotografía: gentileza Universidad Autónoma de Chile

El Dr. Salvador Chacón Moscoso es español y es psicólogo. Vinculado a la Universidad Autónoma de Chile hace tres años, gracias a los convenios de colaboración entre su casa de estudios, la Universidad de Sevilla, y la institución chilena, en 2015 se adjudicó un Fondecyt regular “Calidad Metodológica y eficacia desde la evidencia”, proyecto que resume más de 25 años de investigación en el área del diseño, medición y análisis de datos en programas de intervención.

Concretamente, mi ámbito de especialización fue la metodología aplicada a los programas de intervención” indica el académico español y precisa: “Es difícil saber cuándo un programa es eficaz, eficiente, efectivo, si no tienes unos criterios mínimos metodológicos desde los cuales se ha diseñado, implementado, medido y evaluado” y es justamente este punto el que se pretende abordar con el proyecto.
Producto de la investigación, han ido saliendo una serie de publicaciones de alto nivel académico -una media de cuatro a cinco JCR al año- lo cual originó que la prestigiosa revista Frontiers in Psychologist le propusiera publicar un eBook, donde “se han divulgado los principales avances del proyecto Fondecyt hasta la fecha, de los tres años que lleva en vigor, y también algunas colaboraciones con otros equipos de investigación de otras universidades españolas, chilenas, europeas y norteamericanas”.

¿Cuál es el elemento indispensable que hay que destacar de toda esta investigación que tú estás realizando y que desembocó finalmente en este eBook? La toma decisión basada en evidencia de calidad metodológica. Eso quiere decir que muchas de las decisiones políticas a nivel educativo, de la salud, sociales, son decisiones que toman, un poco, “a uñas de caballo”, es decir, así como corriendo. Entonces, la principal aportación que presentamos es aportar protocolos para el desarrollo de intervenciones con calidad metodológica a partir de la cual tener evidencia con unos mínimos de garantías con respecto a que esa información es una información de calidad para tomar decisiones, que no es una información sesgada.

“La principal aportación que presentamos es aportar protocolos para el desarrollo de intervenciones con calidad metodológica a partir de la cual tener evidencia con unos mínimos de garantías con respecto a que esa información es una información de calidad para tomar decisiones, que no es una información sesgada”

Tú eres psicólogo pero ¿a qué otros públicos podrías llegar fuera de tus mismos colegas?

Al trabajar en metodología, trabajamos no solo con sicólogos sino también con médicos, economistas, ingenieros. Entonces, cuando se habla de un programa de intervención es en cualquier ámbito, ya sea social, educativo o de la salud.

El aporte de esta investigación se hace a partir del análisis que tu equipo y tú han venido haciendo durante ya varios años, una especie de identificación de problemas. En este sentido ¿cuál es el diagnóstico que haces respecto de cómo se están haciendo las cosas en Chile?

Nosotros respondemos a un problema estructural que es la endémica debilidad metodológica de los programas de intervención que se implementan en la actualidad en los distintos contextos de intervención. Esta está orientada a la acción pero al no haber una planificación seria y rigurosa a nivel metodológico, después no se sabe para qué sirve. ¿Eso qué quiere decir? Que cuando hay que hacer recortes económicos, como no está claro que la intervención en el hito social, educativo o de la salud, sirva realmente para algo pues entonces se recorta de ahí. La debilidad lleva consigo una toma de decisión de peor calidad con lo cual los recursos se invierten cada vez en menor medida. De hecho, en la última convocatoria del programa Milenio, ciencias sociales se le redujo en dos terceras partes el presupuesto en comparación con ciencias tecnológicas y científicas, por esto, porque no está claro que sirva la inversión.

“Nosotros respondemos a un problema endémico que es la endémica debilidad metodológica de los programas de intervención que se implementan en la actualidad en los distintos contextos interventivos”

¿Consideras que nuestra sociedad y nuestras autoridades académicas tienen una débil aplicación metodológica en sus distintas políticas?

Sí pero, realmente, esa debilidad es heredada, entre comillas, de la tradición científica en intervención social. Piensa que todo lo que es la rigurosidad en intervención social y educativa empezó en los años 60, entonces, digamos que es joven.

¿Es posible revertirla?

Claro y no solo eso. Yo pienso que Chile está en una situación de privilegio porque no tiene completamente instaurado un status quo en la manera de intervenir. Es decir, al ser programas realmente novedosos o innovadores, ahí se pueden incorporar. Yo no diría que Chile está especial o significativamente peor que otros países. Al contrario, podemos decir que, retrospectivamente hablando, y viéndolo desde la óptica histórica de cómo se ha ido evolucionando, está en una situación de privilegio para mejorar la calidad de los programas y ese es uno de los verdaderos incentivos de estar aquí en Chile, que vemos que nuestra línea de trabajo puede tener una repercusión más directa.

«Yo pienso que Chile está en una situación de privilegio porque no tiene completamente instaurado un status quo en la manera de intervenir. Es decir, al ser programas realmente novedosos o innovadores, ahí se pueden incorporar»

Los resultados de este proyecto están enfocados, como dices tú, a tomadores de decisión. De acuerdo a esto ¿qué papel jugarían las autoridades académicas, por ejemplo, que muchas veces están involucradas en tomas de decisiones importantes?

En este caso tendría tres aplicaciones claras. Una sería, por ejemplo, relacionada con la subvención a proyectos en las universidades pues, si esos proyectos siguen el protocolo de calidad metodológica, está claro que sería un proyecto metodológicamente bien construido, con lo cual serviría para la toma de decisión de qué proyecto subvencionar o no. Serviría, además, para evaluar, para tomarlo como referente a la hora de hacer artículos científicos y para el diseño de programas, para ir introduciendo mejoras sucesivas que garanticen el aumento de la calidad de los procesos y resultados.

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