Nueva clasificación científica ayudará a comprender mejor al virus VEB

El virus Epstein-Barr (VEB), también conocido como virus herpes humano 4, es uno de los virus más eficaces en evolucionar, sobrevivir y propagarse en la población mundial. Este virus es responsable de diversas enfermedades como mononucleosis infecciosa, linfoma de Hodgkin, linfoma de Burkitt, cáncer nasofaríngeo, y últimamente se ha relacionado a un tipo particular de cáncer gástrico, el cual es muy frecuente en Chile. Investigadores de la Universidad Autónoma de Chile en Temuco y de la Universidad de la Frontera, publicaron un estudio en la prestigiosa revista Scientific Reports – Nature, donde analizaron 188 genomas (conjunto de genes) de VEB basados en muestras de pacientes recopiladas entre 1970 y 2017, proponiendo una nueva clasificación que permitirá comprender mejor la evolución y el origen geográfico del virus, pero sobre todo, ayudará a entender su biología y cómo el virus se relaciona con las células del hospedero, con el fin de evadir el sistema inmune y desencadenar las diversas enfermedades asociadas.

“Definir cuáles subtipos de un virus están relacionados a determinadas enfermedades, nos permitirá en el futuro avanzar en el desarrollo de tratamientos, herramientas de diagnóstico y de vigilancia epidemiológica más efectivos. Superar la clasificación clásica del VEB nos permite entender en profundida cómo los distintos subtipos de este virus podrían relacionarse a las diversas enfermedades que produce”, señaló el Dr. Ismael Riquelme, investigador de la Universidad Autónoma de Chile en Temuco, uno de los autores de la investigación.

El VEB es uno de los virus más ampliamente distribuidos a nivel mundial e infecta a más del 90% de la población humana, desempeñando un papel clave en el origen y la progresión de algunas enfermedades. Las personas infectadas con el virus lo adquieren comúnmente durante la infancia, reteniéndolo de por vida, sin efectos adversos en la salud. Sin embargo, las personas infectadas por primera vez, durante o después de la adolescencia, tienen un 50% de probabilidades de contraer mononucleosis infecciosa, cuyos síntomas son similares a los de un resfrió común, gripe o faringitis.

En algunos casos, el VEB es capaz de estimular la proliferación celular y actuar como un agente carcinogénico de tipo biológico. Se estima que anualmente más de 200.000 casos de cáncer (más del 1% de los cánceres humanos en todo el mundo) y 150.000 muertes relacionadas con el cáncer, son atribuibles al VEB. Incluso, este podría aumentar el riesgo a desarrollar otras enfermedades como la esclerosis múltiple, el lupus o la diabetes tipo 1. Desafortunadamente hasta el momento no hay cura ni vacuna que erradique el virus.

“Los virus evolucionan rápidamente, tienen un alto grado de variabilidad y heterogeneidad en su genoma, lo que muchas veces dificulta su clasificación y la posibilidad de inferir mejor la relación entre los subtipos o variantes virales y las enfermedades asociadas” analiza el Dr. Ismael Riquelme.

Las nuevas tecnologías de secuenciación han permitido incrementar el número de genomas completos secuenciados de VEB, provenientes de distintas regiones geográficas y patologías. Tomando esta ventaja, los autores del artículo publicado en Scientific Reports – Nature establecieron una nueva y más confiable clasificación filogenética o relación evolutiva, entre distintas cepas del VEB.

La nueva clasificación propuesta por los investigadores de la Universidad Autónoma de Chile en Temuco y de la Universidad de la Frontera permitirá mejorar la investigación de los componentes geográfico-poblacional que se relacionan con los distintos tipos de infecciones del virus y las asociaciones con enfermedades humanas, “lo que también podría ser útil para el desarrollo de nuevas aplicaciones diagnósticas o para definir qué cepas necesitan vigilancia epidemiológica. Por ejemplo, en Chile el cáncer gástrico es la primera causa de muerte asociada a tumores malignos y cerca de 20% de estos casos están relacionados a la infección por VEB. Al estudiar más casos de cáncer gástrico y relacionarlo alguno de los 12 subtipos de VEB que se encontramos en nuestra investigación, podríamos definir qué variante es la que podría estar provocando la aparición de este cáncer. Sería algo semejante a lo que se hizo con el virus del papiloma humano (VPH), donde se estableció que los subtipos más asociadas a cáncer cervicouterino son las variantes 16 y 18, permitiendo, por ejemplo, el desarrollo de las vacunas que se utilizan en la actualidad para prevenir este cáncer” analiza Riquelme.

Variación genética

El VEB generalmente se clasifica en tipo 1 y tipo 2, basándose en las diferencias existentes en pequeño grupo de genes virales; sin embargo, el estudio presentado en Scientific Reports analiza todo el genoma del virus, identificando las mutaciones existentes y describiendo múltiples procesos de recombinación génica en el ADN viral. La variación genética puede ocurrir por dos mecanismos, por una mutación aleatoria, es decir un cambio que ocurre en la secuencia de ADN o ARN de un virus, o a través de la recombinación, que tiene lugar cuando los virus intercambian pedazos de material genético (ADN o ARN).

La recombinación ocurre cuando dos virus diferentes infectan la misma célula al mismo tiempo. Los autores del artículo publicado en Scientific Reports – Nature determinaron que los eventos de recombinación ocurren 2.5 veces más a menudo que los eventos de mutación, lo que sugiere que la recombinación tiene un impacto mucho más fuerte que la mutación en la diversidad genómica de VEB.
El impacto relativo de esta recombinación sobre los patrones genéticos, evolutivos y biológicos a menudo no es considerado, dando lugar a inconsistencias y falta de consenso en la clasificación actual del VEB. Este estudio trabaja para superar esta problemática y en definir criterios biológicos implicados en la infecciones y enfermedades provocadas por este virus.

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