“Nada es gratis en el ciberespacio y, en muchos casos, el pago es con tus datos personales”

El profesor de la Universidad Pablo de Olavide, Guillem Colom, asegura que desde hace muchos años algunos Estados han tomado conciencia del valor estratégico que tiene el ciberespacio. 

Fotografía: Fancycrave
En un mundo hiperconectado, la esfera de “lo personal” es difícil de delimitar y de proteger, y desde España, un experto en ciberdefensa evalúa a nuestro país y de qué forma los usuarios están entregando su información a la industria.

Es profesor de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, investigador asociado a la Universidad Autónoma de Chile y cofundador de Thiber, el primer think thank en lengua española en materia de seguridad y defensa en el ciberespacio. Guillem Colom aterrizó en Chile como relator principal en la primera cátedra Futuro de este 2018: Ciberseguridad. Chile en zona de peligro, organizada por la Universidad Autónoma de Chile y la Fundación Congreso Futuro.

Con más de 300 asistentes, Colom dio cuenta de un inquietante escenario digital donde, cada cierto tiempo, sale a la luz alguna filtración de datos, de información que se creía resguardada…

El investigador Guillem Colom, experto en ciberdefensa y ciberestrategia. Fotografia: Nadia Politis.

– ¿Consideras que dentro de los próximos años y hacia el futuro esto va a convertirse en una tendencia, una realidad cada vez más presente en las distintas naciones?

Sí, sin ningún tipo de duda. Lo ciber proporciona otro vector y otra área sobre la cual espiar. La exposición digital, el desarrollo tecnológico y las faltas de concientización o las zonas grises a nivel normativo, facilitan que se hagan este tipo de cosas. En otras palabras, facilita muchas labores de inteligencia. Además, la esfera digital, aunque no es la única herramienta, es más barata y dificulta la atribución de responsabilidades.

[Escucha el audio] «El espionaje digital es barato, es, entre comillas, más fácil, y se pueden utilizar muchos vectores distintos, además, también, uno de los elementos que facilita el espionaje es, evidentemente, la interconectividad y la falta de concientización»

Lo anterior también se relaciona con la reciente Política de Ciberseguridad, redactada en 2017 por el gobierno de Chile, cuyo objetivo es “desarrollar una estrategia de seguridad digital que proteja a los usuarios privados y públicos”. El diagnóstico de Colom se relaciona con, por ejemplo, la reciente apertura de carreras vinculadas específicamente a temas de ciber como Ingeniería en ciberseguridad, en la Universidad SEK y el Instituto Profesional AIEP, además del magíster en ciberseguridad de la Universidad Adolfo Ibáñez y la carrera de Ingeniería en ciberseguridad de la Universidad Técnica INACAP.

En esa misma línea, el experto en ciberdefensa destaca que “no tenemos que creer que los temas ciber son solo temas puramente tecnológicos. En materia de riesgo y amenaza, lo que sí es evidente, es que desde hace muchos años los Estados o algunos Estados han tomado conciencia del valor estratégico que tenía el ciberespacio y han estado invirtiendo mucho dinero, sobre todo pensando en cómo se podía utilizar este nuevo entorno, este nuevo vector, para llegar a ciertos sitios” y, por lo mismo, hace hincapié en la importancia de establecer protocolos de protección de datos, sobre todo en una era como digitalizada como la de hoy.

[Escucha el audio] «De hecho, una de las cosas que sí vemos, a nivel generacional, es que antes la gente pretendía o era más consciente de su privacidad y quería privacidad. Lo que pasa es que ahora, la gente más joven, lo que quiere es exposición, exposición física y exposición digital y creer que la privacidad está sobrevalorada puede generar problemas»

El panel de la primera Cátedra Futuro «Ciberseguridad. Chile en zona de peligro», compuesto por Jorge Atton, María Fátima Dpíaz, Guillem Colom y Francisco Bedecarratz. Fotografía: Vida Autónoma

– Se habla mucho de la importancia de proteger los datos, sin embargo nuestras generaciones – hoy más que nunca- están hiperconectadas ¿Cómo abordar esta nueva realidad?

Nos guste o no, de forma directa o indirecta estamos cada vez más expuestos y tenemos que ser conscientes de que esto no cambiará. Además, sobre todo en las generaciones más jóvenes, aunque se les plantee que intenten modular su exposición a la red, si todos sus pares se están exponiendo difícilmente será posible. Sin duda, es un problema de dimensiones más globales. ¿Cuántos Estados son independientes tecnológicamente? ¿Cuántos poseen soberanía sobre todos sus datos? ¿Dónde se hallan los datos de los distintos servicios de internet? ¿Los datos personales que poseen los Estados están totalmente protegidos? ¿Y los de las empresas? ¿Cuántos usuarios de servicios y plataformas se leen los términos y condiciones de las aplicaciones que utilizan? Y así un largo etcétera.
Tenemos que ser conscientes de que nosotros somos una fuente inagotable de datos que pueden ser utilizados, tanto a nivel individual como agregado, para perfilar, determinar tendencias, gustos, intereses, ideologías políticas, etc. Todo ello para actividades legales como podría ser el marketing e ilícitas como podría ser realizar campañas de influencia política. Asumamos que los datos no nos pertenecen, que otros actores pueden saber más de nosotros que nosotros mismos, que la soberanía en el ciberespacio es mucho más fluida y que eso va a ir a peor. 

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