«Pagamos un precio económico y político muy elevado por el machismo»

Publicado : 09 mayo 2022

Según el director ejecutivo del Foro de Gobernanza Mundial (Global Governance Forum), Chile está sobre la media de los países de la Unión Europea en varios aspectos, pero en el terreno de igualdad de género y discriminación contra la mujer aún hay muchas deficiencias que deben ser mejoradas, ya que tienen efectos económicos, políticos y sociales.

«Discriminar a la mujer, no educarla y dar preferencia a los hombres es una mala asignación de recursos que va a deparar caídas en el capital humano, con un gran impacto en el crecimiento económico y el bienestar social» señala el Dr. Augusto López-Claros, quien se encuentra en Chile invitado por la Universidad Autónoma de Chile para presentar su libro Equality for Women = Prosperity for All» (Igualdad para las mujeres = prosperidad para todos) obra escrita junto a Bahiyyih Nakhjavani con el propósito de «humanizar» los datos obtenidos por el informe del Banco Mundial La Mujer, la Empresa y el Derecho.  

El libro no es un texto académico, sino que de forma literaria presenta la realidad tras los números. Publicado en inglés por St. Martin’s Press, demuestra mediante indicadores el impacto negativo de la desigualdad de género: genera inestabilidad política e impide mejorar económicamente al reducir la participación de la mujer en el mercado de trabajo; desincentiva el emprendimiento; provoca tasas de escolarización menores en las niñas; y profundiza la brecha salarial entre hombres y mujeres agravando la desigualdad general.  

El informe del Banco Mundial que inspira el libro se publica cada dos años y mide las leyes y regulaciones en ocho áreas que afectan la participación económica de las mujeres. El banco de datos se forma a través de 44 preguntas sobre las leyes, trabajo que es apoyado por más de 3.000 abogados de 190 países. Datos que ofrecen puntos de referencia objetivos y medibles para analizar el avance a nivel mundial hacia la igualdad de género.  

Chile es uno de los países latinoamericanos con mayor número de restricciones discriminatorias contra la mujer, según lo publicado en marzo 2022. «Sorprende un poco porque en otros indicadores más tradicionales relacionados con el desempeño macroeconómico, clima de inversiones o competitividad, el país siempre ha estado en la vanguardia» analiza el Dr. Augusto López-Claros. Y agrega: «se ha hecho mucho progreso en los últimos 20 o 30 años, pero lo que falta por recorrer es muy grande y hay que hacer cambios».  

Según el economista «los gobiernos podrían jugar un rol mucho más proactivo, eliminando discriminaciones en la ley que limitan a la mujer y la convierten en ciudadana de segunda categoría. Por ejemplo, no debiera haber diferencias en la edad de jubilación, más pensando que la esperanza de vida es mayor para las mujeres, si se suman las lagunas previsionales por temas familiares -tener o cuidar hijos- se les está obligando a menores recursos en la vejez, se feminiza la pobreza. La edad de jubilación debe ser la misma para ambos sexos».  

En este sentido el economista es categórico en señalar que la información está, las reglas del juego son importantes por lo que hay que limpiar los códigos civiles, tributarios, laborales y otros, de manera que se eliminen todas las formas de discriminación y de distinción entre hombres y mujeres. La puntuación promedio a nivel mundial de La Mujer, la Empresa y el Derecho es de 76,5 sobre 100, lo que indica que en general las mujeres solo tienen tres cuartas partes de los derechos de los hombres en las áreas medidas. En términos generales el informe también ha permitido descubrir que a mayor número de discriminaciones en la ley; mayor la brecha laboral; menor la tasa de participación de la mujer en el mercado de trabajo; menor el número de pequeñas empresas manejadas por mujeres; y menor tasa de escolaridad a nivel secundario de las niñas.  

«La discriminación indudablemente tiene un impacto en la pobreza de un país y su eliminación es súper importante. Dejar a las mujeres fuera de la ecuación tiene costos, más si la evidencia señala que ellas intrínsecamente tienen las mismas capacidades e inteligencia que los hombres». La desigualdad de género deja de ser solo un tema ético o moral para representar también una gran pérdida de recursos.  

Según lo presentado por el Dr. Augusto López-Claros una de las deficiencias del producto interno bruto es que no asigna valor económico a las labores de casa, quedando fuera de la evaluación del crecimiento económico, «esto es más que un problema de medición. Necesita de un cambio de actitud que incluya también mayor participación masculina». Y agrega: «los hombres tenemos que participar más activamente en la educación de nuestros niños y dejar de pensar que es responsabilidad, una atribución o actividad de la esposa solamente. En las sociedades realmente avanzadas, donde se ha reducido la brecha de género: Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca, Islandia y otras, hay una mejor distribución de las labores de casa y de la educación de los niños».  

Con más mujeres estudiando y trabajando aumenta también la escolaridad de las futuras generaciones. Porque, como señaló en su presentación, «niñas con madres educadas, ellas mismas van a aspirar a educarse, trabajar y contribuir al ingreso de la familia. Tiene efectos colaterales muy favorables. El Banco Mundial hace unos treinta años hizo un estudio que demostró que la educación de las niñas es la inversión más rentable que un país pobre puede hacer».  

En temas de participación política el informe del Banco Mundial señala que de los 193 países solo el 11% tiene un primer ministro o jefe de Estado mujer, en el caso del parlamento la cifra llega en promedio al 23%, «promedio, porque tenemos casos como Nigeria que llega solo al 4% siendo que existe evidencia empírica que afirma que el empoderamiento femenino tiene un impacto en las prioridades presupuestarias  generando mayores beneficios: la estructura de gasto está más orientada a la educación, la salud y el fortalecimiento del capital humano» recalca el director ejecutivo Global Governance Forum. Su análisis va aún más allá, señalando en el libro, que la historia es más violenta debido a la marginalización de las mujeres de las más altas esferas políticas, teniendo claras implicancias para la seguridad colectiva en términos de guerras, violencia y conflictos.  

Consultado sobre la Ley N° 20.840 que obliga a los partidos políticos a presentar un porcentaje no menor del 40% de mujeres entre sus candidaturas, el especialista señaló que está más a favor de exigir un porcentaje en el nivel de participación de los sexos en el parlamento. «El exigir que los partidos políticos presenten listas con mujeres no es garantía que sean elegida: eventualmente podrían seguir eligiéndose solamente hombres terminando con una situación que es subóptima. Creo que los países donde las cuotas son efectivas cuando se exige que en el parlamento haya equidad de género, este tipo de iniciativas realmente promueven el empoderamiento femenino» argumentó.

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