La violencia intrafamiliar tiene rostro de mujer

A quince años de la ley sobre Violencia Intrafamiliar urge comprender -tanto por parte de la sociedad como por las instituciones- el problema de género que envuelve, asumiendo que más que ser un problema social generalizado, tiene víctimas claras y ellas tienen rostro de mujer.

Nicolás Ibáñez Meza. Profesor de Derecho Civil y Familia, Universidad Autónoma de Chile
Desde el discurso sociopolítico es imperativo que los organismos que ejercen poder en el Estado presten atención a las demandas que los movimientos de la sociedad civil han puesto sobre la mesa, cuestionando paradigmas establecidos socialmente por el patriarcado. Es necesario que los organismos del Estado comprendan que no hay algo más importante que proteger que la vida de las mujeres, ello exige un trato preferente y especializado.
 
Estamos en un contexto diferente a cuando se redactó la ley, hay nuevas situaciones de violencia intrafamiliar, principalmente en relaciones jóvenes; cómo el uso de redes sociales el que permite generar nuevos escenarios de preocupación, de exceso de control, limitación de contactos, exigencias con respecto a la ubicación y demás, que son expuestas como supuestas muestras de preocupación, pero que no son más que manifestaciones de la misma violencia.
 
Con una norma vigente en Chile que declara, como objetivo de su existencia el prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar, es imperativo proponer reformas y mejoras que se vuelven imprescindibles a partir de los estudios que intentan aportar a la discusión, y con ello, a través del conocimiento, mejorar la calidad de vida de la sociedad completa, librándola de la violencia, de la agresión y de la muerte de mujeres.
 
Es tiempo de asumir la triste y preocupante realidad: que a la mujer se le agrede y asesina por ser mujer, situación que no vivencian los hombres, y es ese enfoque de género debe guiar la discusión.
 
Carta publicada en El Diario de Atacama, Crónica de Chillán y El Mercurio de Valparaíso.
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