«La sexología como ciencia ha estado siempre ninguneada por la sociedad y, por supuesto, por la academia»

De visita en Chile, Manuel Lucas Matheu conversó con estudiantes, medios de comunicación e investigadores, sobre el rol de la sexología en la academia. Y cómo la colaboración entre Chile y España ha generado resultados satisfactorios, pero aún con desafíos pendientes.
Manuel Lucas Matheu dictó una conferencia en la Universidad Autónoma, en el marco de su participación en el Máster en Sexología de la casa de estudios con la Universidad de Almería de España. Fotografía: Nicolás Ogalde.

Manuel Lucas Matheu es médico, español e «inconformista», según nos confiesa en este encuentro. Su primera formación fue la medicina comunitaria y familiar, pero sus investigaciones «lo llevaron» al estudio de la Sexología: «Yo estaba en cuarto año de Medicina en la Universidad de Granada -Franco vivía entonces- y se organizó un Simposio Internacional de Sexología. El día anterior -cuando estaban todos los exponentes- Franco dio una orden prohibiendo el encuentro. Y yo, que siempre he sido un poco rebelde, pensé que ese era mi camino para especializarme».

Como profesor del máster en Ciencias Sexológicas de la Universidad de Almería y director docente de la misma especialidad en la Universidad Autónoma de Chile, confiesa que está acostumbrado a los cuestionamientos de la utilidad de la disciplina con la cual trabaja. «Estoy acostumbrado a las entrevistas», enfatiza, además. Sin embargo, no fue un camino fácil: «Cuando se lo dije a mi padre -que también era médico- me dijo que era un excéntrico, porque en aquellos años -estamos hablando del ´73- era una excentricidad decir que uno quería ser sexólogo», sostiene.

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«La sexología como ciencia ha estado siempre ninguneada por la sociedad y, por supuesto, por la academia, por las universidades siempre ha sido ninguneada, y parece que está claro porqué. Porque no se entiende que haya grados o máster en temas que inciden sobre las personas de una forma mucho más mínima que la sexología. Porque la sexualidad, el sexo, la erótica, todo lo que conllevan las vivencias, de nuestra vida como personas sexuadas, influyen tremendamente en nuestro bienestar»

Lucas Matheu incorporó parte de sus investigaciones en el «Manual de Sexología Comunitaria», que presentó en agosto en España.
Fotografía: Nicolás Ogalde.

– ¿Qué rasgos se le atribuyen a la sexología, para que sea considerada una ciencia?
Es un estudio de un hecho importante, multidimensional, que se puede investigar y que de hecho se está investigando como cualquier otro medio. Es decir, tenemos que investigar -y estamos investigando- en el comportamiento y la conducta de las personas con respecto a la sexualidad. Investigamos en la clínica, y en todos los procesos que hacen que las personas tengan problemas. Investigamos en educación sexual y en lo que hace esa educación sexual sobre las actitudes y sobre el cambio que se produce en las personas. Y eso lo estamos también investigando.  
 
– ¿Pero qué la diferencia de disciplinas como la psicología?
La Psicología estudia el psique humano en toda su amplitud. Pero la sexología no se puede parcelar, porque o si no estamos dividiendo lo sociológico, lo clínico, lo biológico, lo médico, lo psicológico, lo pedagógico, que tiene el hecho sexual humano. Por tanto, una persona que hace sexología solamente con una visión psicológica se va a ver de pronto ante un problema serio de que los problemas que tengan que ver con temas orgánicos, médicos, no los va a poder solucionar.

«La sexología como ciencia ha estado siempre ninguneada por la sociedad y, por supuesto, por la academia», afirma Lucas Matheu.
Fotografía: Nadia Politis.

– ¿Podríamos decir que la sexología trabaja con áreas más cercanas a la medicina?
Los urólogos, los andrólogos, los ginecólogos hacen cosas que tienen que ver con una parte más bien genital de la sexología. Yo tengo en mi consulta en el Hospital Mediterráneo de Almería, y mis compañeros urólogos, andrólogos y ginecólogos me envían sus pacientes cuando ellos no pueden solucionar el tema porque el enfoque de una consulta sexológica tiene que ser un enfoque integral. Yo tengo que ver a la persona en todos sus aspectos. Y eso lo hace la sexología, no lo hace otra ciencia.
Director del Gabinete Sexológico Hospital Mediterráneo de Almería, enfatiza que su área de estudio se enlaza a conflictos inherentes a la sociedad, y que a su vez ha debido sobrellevar cambios culturales… y políticos.
 
– ¿Cuál es la mirada de la sexología en torno a la diversidad sexual?
La diversidad sexual no es un derecho, es un hecho incontestable, científicamente demostrable, es un derecho [por ende] todas las personas [deberían] conocer este hecho incontestable para que otros no sufrieran por la ignorancia de estas personas. Es decir, el sexo en sí, la fórmula sexual desde que aparece en la naturaleza, aparece con un objetivo. El objetivo es la variabilidad genética, la diversidad.

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«El enfoque de una consulta sexológica tiene que ser un enfoque integral. Yo tengo que ver a la persona en todos sus aspectos. Y eso lo hace la sexología, no lo hace otra ciencia»

– ¿Por qué afirma que la sexología es la “ciencia del futuro”?
Fundamentalmente porque la sexología ha sido ninguneada. Y las personas le tienen miedo a ir al sexólogo por dos cosas: la primera, es porque cuando lo han intentado se han encontrado con que no le han solucionado nada, porque no tenían formación y ya le genera un rechazo. Y la segunda es porque estamos hablando de un tema que -como te decía antes- es tabú.

El libro «Sed de piel ¿Feminizar el futuro?», fue lanzado en 2009 en España y postula que la diversidad sexual en las sociedades,
tras un estudio realizado a 66 culturas. Fotografía: Editorial Psimatica.

– En una reciente columna de opinión, el medio Ciper Chile afirmó que «las creencias de la Iglesia Católica sobre sexualidad y las prácticas que promueve (castidad, virginidad, abstinencia y celibato) no son inocuas, sino tremendamente negativas y destructoras del mejor funcionamiento de las personas» ¿Cómo ve la sexología esta crisis?
Sí, pero ¿por qué está enfrentando la crisis? Porque dentro de la iglesia hay un enorme debate ya. Porque la iglesia tiene que girar para adaptarse a una cultura y una sociedad que está cambiando. A ellos les cuesta más trabajo porque lógicamente cuando tú partes, y vives dentro de un dogma, eres más rígido que una persona -que yo, por ejemplo- que soy agnóstico. Pero las represiones las tiene tanto la iglesia como yo mismo. No nos olvidemos de eso. Es muy fácil decir «la iglesia tiene la culpa». La iglesia es reflejo de una sociedad represora, represiva y que lo es porque somos muy agresivos, somos muy machistas. Cuando la mujer empiece a tener más protagonismo, y los hombres dejemos de vivir una masculinidad impuesta, el día que nos dejen vivir nuestra masculinidad de forma relajada, esto cambiará.

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«El sexo en sí, la fórmula sexual desde que aparece en la naturaleza, aparece con un objetivo. El objetivo es la variabilidad genética, la diversidad»

 

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