Estudio analiza la relevancia del juego en la primera infancia

Publicado : 02 mayo 2022

Según una reciente publicación, las actividades lúdicas son una dimensión relevante, compleja y heterogénea del desarrollo infantil que fluye de manera autoorganizada, y que debe ser investigada más allá de los límites o criterios definidos por la sociedad adulto-céntrica actual.

La evidencia científica establece que el juego no es una reacción trivial a un estímulo externo, sino que emerge como una característica connatural al desarrollo infantil.  

En la primera infancia compromete toda la motricidad de los niños y niñas más que en ninguna otra actividad, debido a que se produce la unidad entre trabajo y placer.  

Por esta razón un nuevo estudio enfatiza la importancia de determinar un tiempo-espacio y objetos pertinentes al despliegue espontaneo del jugar que permita que educadoras y educadores aprendan a observar para acompañar sin imponer dichos procesos.  

«La espontaneidad y la autonomía en el jugar, cobra un papel primordial en las dinámicas relacionales» complementa el Dr. Eduardo Sandoval, investigador asociado al Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible (IIDS) de la Universidad Autónoma de Chile y uno de los autores del estudio.  

Por eso resulta preocupante, según el investigador, el hecho de que, «a pesar de la gran variedad de reformas escolares implementadas durante el último tiempo en Chile, muchas de ellas, continúen perpetuando la supremacía de la norma, la rutina y el creciente interés por estandarizarlo todo como garantía de calidad y mejora continua en la «administración burocrática» de los procesos educativos».  

Sería importante, por lo tanto, poner atención desde la investigación a las epistemologías adulta y escolarizantes que han vulnerado sistemáticamente la forma propia de aprender y de generar conocimiento de las infancias.  

El juego posee una constitución multidimensional que la escuela desconoce o al menos omite. «Es decir, la escolarización, en su sentido general, restringe y resiste las dimensiones lúdicas libres, emergentes y situadas» complementa el Dr. Eduardo Sandoval.  

Lo anterior, según los investigadores, implica un desafío mayor en un sistema educativo formal, donde la instrucción y la escolarización predomina, y particularmente el juego se omite, se niega o, en el mejor de los casos, se relega a un plano instrumental.  

Al respecto, la cantidad de tiempo que los niños y niñas pasan en juegos al aire libre no estructurados y auto dirigidos ha disminuido significativamente en la última generación. Una posible explicación para este fenómeno es atribuida a la falta de espacios e instalaciones de juego deficientes y las restricciones que imponen los padres para el desarrollo de estas actividades  

Por eso la investigación releva la necesidad de afiatar la alianza familia – escuela para la construcción y generación de redes de comunicación y colaboración fluidas y sostenibles que «favorezcan los ambientes, instancias o espacio-tiempos de juego espontaneo de niños y niñas, y desde allí constitución de conocimientos, existencia, identidad tanto personal como comunitaria y en consecuencia la constitución de mundo» complementa el investigador de la Universidad Autónoma de Chile.  

La intensidad, diversidad y proximidad con la que se incentive el juego favorecerá el desarrollo a futuro de los menores. «Al respecto, se ha reportado que el juego entre padres e hijos(as) se transforma en un valioso espacio-tiempo para la crianza respetuosa, el compartir afectos y desarrollar la reciprocidad, permitiendo que los niños y niñas aprendan a regular sus propios estados emocionales» destaca el Dr. Eduardo Sandoval.  

Ellos y ellas «son», y su esencia fluye, a través del juego. Por lo que la interacción con los adultos no implica dirigirlos, ni imponer normas, o coartar la creatividad. Al contrario, se trata de estar disponible y a su alcance, para alentarlos y darles información en caso de que lo requieran.  

En este sentido la evidencia científica es contundente respecto al hecho de que el jugar en familia ha demostrado tener fuertes incidencias en la salud, el desarrollo y el bienestar de todos quienes la componen, en especial de los(as) infantes.  

«Necesitamos promover el juego libre y espontáneo, asumiéndolo como un proceso imprescindible para el desarrollo de todo niño/a, un espacio de construcción de comunidad e identidad personal y cultural» finaliza el especialista.  

Toro Arevalo, S., Lopez de Maturana, D., Contreras Oyarzo, M., Sandoval-Obando, E., Peña-Troncoso, S., & Gurovich-Pinto, T. Juego, Motricidad y Didáctica, desde la Cultura Infantil en Niños y Niñas de 4 a 6 años, bases teóricas desde una epistemología enactiva. Retos 2022, 45, 598-610. https://doi.org/10.47197/retos.v45i0.91598

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