Estudios sobre el cine chileno del exilio, la Guerra del Pacífico, el feminismo popular en dictadura o patrimonio colonial en Chile ¿qué los une? ¿Por qué están todos en un mismo libro? Según la coordinadora, doctora Alejandra Palafox, es por “el interés compartido de reflexionar sobre cuál es la contribución social de los investigadores financiados por el Estado, ya que todos los participantes en este libro son parte del programa Postdoctorado CONICYT-FONDECYT”.

Según la Encuesta Nacional de la Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en Chile 2016, desarrollada por CONICYT, el 76,9% de los encuestados se sentía poco o nada informado sobre temas científicos. “Existe una profunda brecha entre sociedad e investigación. La ciudadanía la percibe, con frecuencia, como una actividad lejana, prácticamente desconocida y ajena a sus intereses” plantea la introducción del libro Diálogos: investigación y sociedad. Reflexiones desde la Historia y la Historia del Arte, recientemente presentado y disponible online en la web del Centro de Comunicación de las Ciencias.


La publicación, que surge en el contexto del Primer Coloquio Internacional de Postdoctorados FONDECYT 2018, encuentro celebrado en la Universidad Autónoma de Chile, en agosto de 2018, parte de la premisa “que la investigación con fondos públicos debe traducirse en un esfuerzo en pro del bien común, para lo que es imprescindible construir lazos entre la academia y la sociedad como estrategia de retribución al medio”.

“El hilo conductor es reflexionar desde nuestra disciplina y nuestra heterogeneidad sobre posibles problemáticas sociales que podemos ayudar a resolver. Los retos que tenemos como investigadores a la hora de comunicar nuestras investigaciones y, por lo tanto, contribuir a la sociedad” explica la doctora Alejandra Palafox quien, junto a doctor Antonio Marrero, fueron coordinadores de este libro coeditado por la Universidad Autónoma de Chile y RIL Editores.

Herramientas de divulgación científica

“Este no es un texto de divulgación —Alejandra es enfática al mencionar este punto — en un comienzo se pensó de esa manera, pero no lo es. Fuimos en el proceso tomando conciencia de las limitaciones que tenemos como investigadores para hacer divulgación, por mucho interés que tengamos en hacerlo”.

En este sentido valora las oportunidades que está actualmente entregando la Universidad. “No todo el mundo tiene la capacidad para pararse frente a un micrófono o hacer videos divulgativos y subirlos a internet. Hay muchas otras formas de divulgar ciencia. Lo importante es que las instituciones ofrezcan las herramientas a sus investigadores para que puedan llevarse a cabo. Sin ellas, nosotros, los investigadores, no creo que podamos divulgar correctamente nuestro conocimiento”, analiza.

“El tiempo en que la investigación quedaba exclusivamente para la academia quedó atrás” comenta Antonio Marrero. Y, en esta línea, la introducción del libro señala: “Este tipo de proyectos demuestra que desde las humanidades se puede generar un aporte importante a la sociedad. La investigación no es solo de las llamadas ciencias duras, se puede hacer en humanidades, y es necesaria. Una población desafecta a la historia y a la historia del arte se convierte, irremediablemente, en una población vulnerable y de identidad difusa”.

Según la investigadora de la Universidad Autónoma de Chile, uno de los motivos para recopilar estas diversas investigaciones es, precisamente, “poner en evidencia, esta confluencia de intereses de investigadores que tienen todos procedencias distintas, formaciones diferentes, y, por lo tanto, manifestar un sentir social académico importante”.

“No se puede comprender la idiosincrasia de nuestro trabajo sin el diálogo y el apoyo de la sociedad que lo sustenta, lo que pone de manifiesto un nuevo cauce democratizador dentro de los centros de investigación y las instituciones educativas,” concluye el texto.


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