Astronomía y botánica son las pasiones de José Utreras y María José Herrada. Ambos incursionan en la ilustración hace algunos años y coinciden en que aún hay muchos desafíos en la materia, pese al buen momento que -según afirman- atraviesa el país en comunicación de las ciencias.

José Utreras es astrónomo de la Universidad de Chile e investiga en simulaciones computacionales. En un año más finalizará su doctorado en Ciencias con mención en Astronomía en el Observatorio Astronómico Nacional en Cerro Calán, y, aunque en un principio la física era la disciplina que creyó seguir, una publicación lo hizo cambiar de parecer: “Fue el libro Galactic Dynamics de

James Binney y Scott Tremaine. Lo tomé y no lo solté más”, recuerda.

Utreras toma distancia al momento de evaluar sus ilustraciones, pero los más de dos mil seguidores de su cuenta @Planeta_Errante reaccionan de forma opuesta. Desde su creación en el año 2016, temáticas como el movimiento de las galaxias, agujeros negros, asteroides y misiones espaciales, captaron poco a poco a los usuarios de Twitter. «En un principio, la idea era tener una especie de blog para divulgar sobre astronomía, pero a medida que fue pasando el tiempo, solo seguí yo y cambié el formato a dibujos para seguir explicando fenómenos».

Para Utreras su alter ego en la web nace de la idea que «un planeta errante no pertenece a un sistema solar, sino que está solo» y quizás por eso su llegada a la divulgación fue paulatina y no exenta de dudas. «En un principio era un poco más difícil llegar a la gente y había un poco más de cuestionamiento si seguir o no. Pero hubo personas, dentro del área de la divulgación en la astronomía, que comenzaron a ayudarme».

En tanto, María José Herrada es diseñadora gráfica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), docente e ilustradora botánica certificada por la PUC y el Royal Botanical Garden de Edimburgo. A través de @floralia_illustration en Instagram busca sensibilizar, preservar y valorar el patrimonio natural de Chile mediante la ilustración, ideas que también persigue como educadora.

Se especializó en ilustración botánica como una manera de visibilizar su amor por la naturaleza, que nació desde pequeña: «Recuerdo que mi abuela materna, siempre orgullosa de su jardín, me enseñó a disfrutar de su belleza y a maravillarme, por ejemplo, de una floración o de sus frutos, de los animalitos que atraía su jardín». Afirma que su formación siempre ha estado vinculada al arte y, en el caso de la ilustración botánica, se especializó en ella hace años: «A veces creo que es algo que heredé de mi bisabuela. Según mi mamá, ella también tenía cuadernos llenos de dibujos naturalistas».

– ¿Por qué utilizar la ilustración como base para comunicar?
José: Siempre he sentido que hacer un bosquejo o un diagrama ayuda mucho más a entender un concepto. Llevarlo a un concepto más físico y ver cómo los objetos se mueven y transitan, hacen más fácil el entender lo que se busca aprender o comunicar. Y cuando uno lo traspasa a un dibujo queda más claro cuáles son las cosas que uno sabe y las que todavía no entiende. Siento que es más fácil cuestionar los conocimientos.
María José: La ilustración es un medio generoso de enseñanza, permite llegar a personas que no necesariamente conocen un tema específico, abre, de alguna manera, el conocimiento a través de la mano y el ojo del ilustrador. La ilustración es un canal de comunicación que está abierto a todo aquel que quiera apreciarlo.

– ¿Consideran que las redes sociales ayudan a dar a conocer sus trabajos de divulgación?
José: Ayuda porque llegas a más personas que pueden ver tu trabajo. Y si pueden aprender algo nuevo, mejor. Y también hay una diferencia entre el tipo de público y cada red. En mi caso, apunto a un público más juvenil y adulto porque hay algunas publicaciones que tienen un lenguaje más complejo y específico.
María José: Claro que sí. Tu trabajo pueden verlo personas que están en otros continentes. Es una manera de acercar el trabajo a todos y se llega a muchas más personas que mostrándolo en canales que puedan ser más directos.

– ¿Son optimistas en torno al escenario que existe en Chile para la divulgación científica?
José: Pienso que sí. Uno puede notar que gracias a las redes sociales hay mucha más visibilidad de cosas que son muy antiguas, por ejemplo, en astronomía, pero no porque no se conociera sino porque no estaba el espacio, por la concentración de los medios. Ahora hay más libertad y la gente puede ir y buscar lo que quiere leer.
María José: Sí, vincular el arte con la ciencia es una herramienta fantástica y es un objetivo que debiera considerarse como algo fundamental en la divulgación de las ciencias. En mi caso, la ilustración botánica permite una mirada amplia, lúdica y cercana que abarca a público desde la infancia a la adultez. 

– ¿Cómo imaginan un escenario ideal para la divulgación?
José: Cuando un gran sector de las personas, del público, entienda cómo funciona algo y sea parte de su cultura general. Eso ayudaría mucho ya que extendería la frontera de lo que se quiere comunicar. Podríamos pasar de siempre estar hablando de lo mismo, varias veces, a un momento donde se pueda divulgar cosas mucho más profundas. A mí me gustaría ver que la astronomía fuese común en la vida de la gente. Que no dijieran “esto es muy extraño”, sino que “lo entiendo, entiendo cómo funciona”.

María José: Para mí, el escenario ideal se compone de una mezcla entre pasado, presente y futuro, es decir, rescatar las cosas buenas que se han hecho en el pasado, aprender de los errores y tomar en el presente todos los avances y aprendizajes, por ejemplo, en temas de comunicación a través de internet. Algo que me gustaría mucho y que se hacía antiguamente en los colegios desde chiquititos, es que pudiéramos volver a la enseñanza de botánica, a respetar la naturaleza, valorar las plantas y entender por qué de una semilla puede surgir un fruto. Si sensibilizas y educas desde pequeños, a futuro serán adultos responsables y respetuosos de la naturaleza.

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