Hospitalización en la infancia

Publicado : 09 septiembre 2021 

Existe un interés creciente por saber cómo afectan las experiencias de hospitalización en la infancia y qué influencia pueden llegar a tener en el estado emocional de los niños, niñas y adolescentes que deben someterse a procedimientos de este tipo. En este sentido, surge también la interrogante, acerca de cuáles serían los factores relacionales y ambientales que pudieran intervenir en pro de lograr una mejor adaptación a estas situaciones. ¿Qué dice la ciencia al respecto?

Sofia Luengo. Directora del Centro de Atención Psicológica, dependiente de la carrera de Psicología de la Universidad Autónoma de Chile
Las primeras investigaciones sobre hospitalización en niños se centraron en estudios de los efectos de los cuidados maternales y la carencia afectiva sobre los infantes, posterior a la segunda guerra mundial. En 1945, René Spitz investigó el hospitalismo en niños en un orfanato. Se comenzaron a presentar antecedentes sobre el cuidado inadecuado de las salas pediátricas y sus efectos en el desarrollo positivo de los niños.
 
En la misma línea, John Bowlby en el año 1952, demostró que existen alteraciones psicológicas que se manifestaban a largo plazo en niños con experiencias difíciles de hospitalización, quienes habían sido visitados por sus padres, pero sin que se les permitiera la permanencia estable con ellos. Existen diversos estudios que muestran que cerca del 30% de los niños hospitalizados presentan síntomas ansiosos o depresivos durante su experiencia, los que tienen un carácter reversible, en la medida de que se cuente con un adecuado acompañamiento familiar y con apoyo del equipo de salud.
 
Sabemos entonces que la exposición a situaciones de estrés o situaciones vitales adversas, como la hospitalización, generan riesgo importante para la salud física y psicológica de una persona en proceso de desarrollo que requiere de ciertas condiciones externas de estabilidad y protección. De ahí la importancia de la reciente aprobación en el Senado del proyecto que modifica la ley N° 20.584, el que viene a solucionar la difícil realidad que están viviendo muchas madres y padres a lo largo del país con visitas restringidas.
 
Sin duda la hospitalización puede afectar el funcionamiento psicológico, bienestar subjetivo, las relaciones interpersonales y el desarrollo del niño; pero también puede constituirse como una oportunidad para fortalecer su desarrollo y promover el logro de la resiliencia (entendida como la capacidad de una persona para enfrentar situaciones de estrés y salir fortalecido), si se dan las condiciones necesarias.
 
En este sentido, la iniciativa que promueve el proyecto de la Ley permite reconocer los procesos psicosociales que intervienen en la experiencia de hospitalización del niño y su familia, validando la inclusión de las figuras significativas del paciente, porque son un nexo importante que influye significativamente en su recuperación y adaptación en estas experiencias.
 
Asimismo, se permite relevar la necesidad de implementar cambios, que se deben realizar tanto para el equipo de salud como en el ambiente hospitalario y sus procedimientos, con el objetivo de crear nuevos estándares para el acompañamiento de niños, niñas y adolescentes, mejorando la gestión y calidad de la atención de su salud.
 
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