Investigadores del Laboratorio de enfermedades neurodegenerativas de la Universidad Autónoma de Chile demostraron en un estudio con ratas, que el consumo excesivo de alcohol en adolescentes tiene consecuencias negativas en la función mitocondrial a lo largo del tiempo, que no pueden ser compensadas en la adultez.

“El consumo excesivo de alcohol en jóvenes seguidos de períodos de abstinencia –conocido como “Binge Drinking” o “Consumo de Alcohol en Atracón”- el cual se refiere aproximadamente al consumo de 4 copas en mujeres, y 5 copas en hombres, produce severas alteraciones mitocondriales en el cerebro adolescente, que persisten en el tiempo. Las mitocondrias son responsable de la generación de energía en nuestro cuerpo , y su disfunción está asociada a un creciente número de enfermedades crónicas, alteraciones en la memoria y otros efectos que fueron posibles de detectar en etapas posteriores” señaló el Dr. Rodrigo A. Quintanilla, investigador de la Universidad Autónoma de Chile, y que personalmente dirigió esta investigación publicada en la revista Neuroscience.

La investigación simuló el consumo de alcohol en atracón intermitente en roedores, las que causaron severas alteraciones mitocondriales en el cerebro de los animales, específicamente en el hipocampo, región que es particularmente importante en la formación de nuevos recuerdos y también está asociado con el aprendizaje. Estos cambios “son un daño silencioso y la exposición reiterada podría desencadenar efectos cerebrales más graves a largo plazo través de alteraciones de la función mitocondrial”, alertan los investigadores.

“Los resultados indican que las mitocondrias son extremadamente sensibles a la exposición al alcohol, y que el daño inducido por el consumo excesivo de alcohol durante la adolescencia no puede ser reparado, y permanece hasta la etapa adulta” señaló el Dr. Rodrigo A. Quintanilla.

Daño en las baterías de las células
Las mitocondrias participan en la generación de energía y la defensa antioxidante. Es por esta razón que a menudo se conocen como “las baterías de la célula” ya que brindan la energía necesaria para mantener la vida en condiciones de salud. A través de una serie de reacciones químicas, las mitocondrias forman el trifosfato de adenosina (ATP), una molécula de alta energía que todas las células utilizan para impulsar sus procesos internos, una especie de “moneda” energética. El grupo de investigación comprobó que el consumo excesivo de alcohol en jóvenes reduce la formación de ATP, aumentando la producción de radicales libres y especies reactivas de oxígeno (ROS), las que pueden causar daño celular, estando implicadas en el envejecimiento y las enfermedades asociadas.

Además, encontraron que la capacidad de las mitocondrias para regular el calcio se reduce después del consumo excesivo de etanol. El calcio participa en la producción energética y contribuye en el proceso de sinapsis o comunicación neuronal realizada en el cerebro. Estímulos que aumenten la concentración de calcio podrían provocar disfunción sináptica e incluso provocar la muerte neuronal. Estos efectos ya han sido observados en múltiples enfermedades neurodegenerativas, y en el corazón durante accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.

Esta investigación fue financiada bajo el proyecto CONICYT Anillo ACT1411 recientemente terminado, el cual reunió investigadores de la Universidad Autónoma de Chile, Pontificia Universidad Católica y Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación en áreas de la neurociencia y el metabolismo celular. Este proyecto contó con un financiamiento de $ 450.000.000 durante tres años y hasta la fecha tiene el mérito de ser el único proyecto de una iniciativa científica chilena importante que financia investigación en alcoholismo adolescente.

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