En búsqueda de las galaxias más lejanas del universo

Por años físicos, astrónomos y aficionados han buscado revelar los misterios de la materia oscura y el llamado universo primitivo. Sin embargo, la investigadora Paulina Troncoso relata cómo en 2015 un trabajo conjunto permitió bautizar como TAYNA (Aymara) a un objeto localizado a 4.000 millones de años luz de la tierra.

Paulina Troncoso sabe del trabajo en equipo, que en Astronomía suele ser una constante. También relata entusiasta las facetas de su carrera, que este año van desde su trabajo como investigadora postdoctoral en la Pontificia Universidad Católica y la docencia como académica Teaching in Chile de la Universidad Autónoma.

Luego de relatar los desafíos que hoy enfrenta como docente en la Facultad de Administración y Negocios, rememora cómo en 2013 profundizó en la Astrofísica tras sus estudios en la Sapienza Università di Roma, Italia. También habla de su paso por el Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) y sus actuales proyectos en astronomía inclusiva. Entre la expectación por llegar clímax del relato, Troncoso se toma una pausa para no olvidar ningún detalle en torno a la historia de TAYNA…“Hubo un programa del Hubble que se dedicó a obtener las imágenes más profundas que ha obtenido la humanidad, que son 600 órbitas del Hubble. Imagínate, 600 veces pasando por ahí para obtener una imagen súper profunda”, señala.

De esa investigación pionera entre los telescopios Hubble y el Spitzer de la NASA surgió información pionera en el estudio de objetos lejanos o también llamados “débiles”. Fue ahí cuando hizo su aparición: “Este es uno de los objetos más lejanos y similares a nuestra galaxia. Entonces dijimos porque no le poníamos un nombre [acorde], ya que ni siquiera con el Telescopio James Webb íbamos a poder observarlo porque es muy lejano. Entonces lo llamamos TAYNA que en Aymara significa “primogénito”.

“Este es uno de los objetos más lejanos y similares a nuestra galaxia. Entonces dijimos que, porque no le poníamos un nombre, ya que ni siquiera con el James Webb vamos a poder observarlo porque es muy lejano. Entonces le llamamos TAYNA que significa primogénito en Aymara”.

El Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL) de la NASA la llamó una Galaxia compacta débil que había surgido en el llamado universo primitivo, mientras que otros medios titulaban “astrónomos descubren galaxia que no debería existir”. “Fue un boom en 2015, estuvo en todos lados incluyendo el metro de Francia, fue una muy buena experiencia y la idea es seguir descubriendo ese tipo de objetos que tengan ese tipo de impacto. Entender cómo se formaron”. En ese momento Paulina trabajaba con los investigadores Leopoldo Infante, Nicolas Laporte, Sam Kim, Stefano García y Franz E. Bauer, y compara la satisfactoria experiencia a las expectativas que tiene sobre los proyectos que busca desarrollar con el Núcleo de Astroquímica y Astrofísica (NAQAF) liderado por la Dra. Natalia Inostroza.

Publicación en Twitter del Telescopio espacial Spitzer tras el hallazgo.

 

“James Webb no es un telescopio que se dedique a un objeto en particular. ALMA sí lo puede hacer, y nosotros con el tiempo chileno sí podemos alcanzar ese tipo de detección. Pero [por ejemplo] ganarte 10 horas en el James Webb -no solamente para un chileno incluso también para un estadounidense- para observar un solo objeto, es imposible”

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