El derecho a vivir en un ambiente sin contaminación

La biodiversidad es la variabilidad de organismos vivos, los ecosistemas terrestres y acuáticos, sus interacciones e interrelaciones, es decir, se refiere a toda la vida de nuestro planeta y sus procesos. «Con esto claro, es imposible negar la gran importancia que tiene la conservación y gestión sostenible de la biodiversidad para la vida, en especial para la nuestra, hoy y siempre», señala el Dr. Roberto Moreno, director del Centro de Investigación Multidisciplinario de La Araucanía (CIMA) de la Universidad Autónoma de Chile, sobre la necesidad de proteger el medio ambiente.

La naturaleza ha demostrado a lo largo de su existencia una alta capacidad de resiliencia, luchando contra diferentes procesos que han afectado su vida normal. Entre ellos el ser humano. «Por ende, si nos enfocamos solamente en la aparición del COVID-19 podemos leer está pandemia como una respuesta defensiva de la naturaleza hacia su principal atacante, el ser humano» analiza el doctor en Recursos Naturales y Sostenibilidad.  

Y continúa, «por mi parte, lo veo más como un grito de ayuda extremo de la naturaleza y una muestra más de que ellos quieren convivir y compartir toda su belleza y utilidad con nosotros, sólo nos piden a cambio un comportamiento “civilizado” que busque, como aducen la mayoría de las leyes que rigen a los diferentes países, ser libres sin pasar a llevar las libertades del otro, incluyéndolos en ello a la biodiversidad que nos rodea».  

La legislación chilena es categórica sobre la importancia del respeto al medio ambiente, la constitución lo consagra como garantía constitucional en el artículo 19 N°8, el que asegura el derecho a vivir libres de contaminación. Inclusive determina que la ley podrá establecer restricciones específicas al ejercicio de determinados derechos o libertades para proteger el medio ambiente. Existen así la Ley N°19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente y la Ley N°20.283 sobre recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal, junto a ellas se han generado modificaciones y complementaciones.  

«En este sentido, visualizando diferentes situaciones sucedidas durante las últimas décadas que han afectado a la gestión y conservación de nuestros recursos naturales ésta claro que las leyes deben mejorar y ser más firmes en la misión de asegurar nuestro derecho constitucional a un ambiente libre de contaminación y a la preservación de nuestra naturaleza» enfatiza el Dr. Roberto Moreno y agrega «la educación ambiental a todo nivel debe ser un pilar y la priorización como Estado de una gestión sostenible de los recursos naturales en cada actividad que se desarrolle».  

El número 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible señala que las ciudades y los asentamientos humanos deben ser inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. «Para lograr cumplir este objetivo debemos trabajar en una mejor planificación y reestructuración de nuestras ciudades individual e integralmente. Debemos planificar como queremos nuestras ciudades sin una receta única repetida por nuestra larga y angosta faja de tierra. Para ello se requiere la participación de diferentes estamentos de la sociedad, junto a lineamientos y herramientas claras, además del apoyo de expertos en la materia.

Este ordenamiento y planificación podrá contar con elementos como, infraestructuras verdes, corredores verde urbanos, redes de ciclovías y avenidas peatonales, sistemas de transporte público urbano, interurbano y rural, y otras acciones que deben planificarse integralmente y con una visión de mediano y largo plazo, no sólo en la inmediatez de la respuesta sino en un encadenamiento de acciones que nos lleve a generar ciudades sostenibles» finaliza el especialista.

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